Atrapada en un lugar del espacio-tiempo indeterminado, la mansión —cuyos habitantes no pueden abandonarla pues han sido seducidos por ella —, puede despertar en cualquier lugar o época de un modo imprecedible. Eso lo decide la pluma del escritor o escritora que se aloje en Mhanseon. Pero… ¿quién vive en la mansión? Pasa y lo comprobarás.

10 de febrero de 2012

Noche cerrada


Era noche cerrada y las puertas de Mhanseon resguardaban su interior del gélido frío y del viento que ululaba, quejumbroso, rasgando las maderas y las ventanas de la mansión.
En el silencio de la noche, unos pies descalzos ascendían la vieja escalera que llevaba a todas y cada una de las habitaciones. En su mano, una nota; en su cabeza, una idea…

A la mañana siguiente, Louise Svensson despertaba soñolienta y dolorida de su maltrecha cadera, aquella maldita cadera que no dejaba de recordarle el paso del tiempo. Mientras trataba de despejarse, se dio cuenta de que había un pequeño papel en el suelo, al lado de la puerta. Una nota doblada en la que, con letra firme, se podía leer: “TU HIJA NO ESTÁ MUERTA… SI QUIERES SABER ALGO MÁS, VEN ESTA NOCHE AL INVERNADERO A LAS DOCE”…

Aproximadamente a la misma hora, Akane Fuchida leía una nota similar: “TU MADRE NO SE SUICIDÓ. VEN ESTA NOCHE AL INVERNADERO A LAS DOCE”.

Liam Walls creyó que sus ojos le engañaban cuando leyó aquel papel: “SÉ TU SECRETO… VEN ESTA NOCHE AL INVERNADERO A LAS DOCE”.

Benjamin Cooper arrugó aquel papel y lo arrojó con rabia… Veinte años después, veinte años atado a aquella silla…, y ahora aquella nota: “NO FUE UN ACCIDENTE, ¿VERDAD? VEN ESTA NOCHE AL INVERNADERO A LAS DOCE”.

Quien hubiera visto a Victoria Robles en aquel momento, no la hubiera reconocido. Pálida, asustada, sus manos temblaban sujetando aquel papel. Ausente, repitió aquellas palabras: “¿POR QUÉ LO HICISTE…? VEN ESTA NOCHE AL INVERNADERO A LAS DOCE”.

Héctor Latorre apuró de un trago su copa de bourbon, y la arrojó contra las blancas paredes de su habitación. Algún bromista, algún malnacido, alguien con un pésimo sentido del humor le había dejado una nota: “SÉ QUIÉN MATÓ A TU MUJER. VEN ESTA NOCHE AL INVERNADERO A LAS DOCE”.

A las doce en punto, seis sombras deambulaban entre los pasillos del invernadero. Miradas de desconfianza, rostros serios, algunos apuraban sus vasos de whisky mientras otros aplastaban sus cigarrillos contra el suelo. En todos ellos se podía ver la duda en sus ojos, en algunos el miedo, en otros la esperanza… De pronto, seis miradas se dirigieron al unísono hacia el mismo punto. Al fondo del invernadero, escondida en la oscuridad de la penumbra, una puerta se abrió poco a poco…


Valjean (Antonio Mas Torres)

2 comentarios:

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