Atrapada en un lugar del espacio-tiempo indeterminado, la mansión —cuyos habitantes no pueden abandonarla pues han sido seducidos por ella —, puede despertar en cualquier lugar o época de un modo imprecedible. Eso lo decide la pluma del escritor o escritora que se aloje en Mhanseon. Pero… ¿quién vive en la mansión? Pasa y lo comprobarás.

29 de abril de 2012

Plan de recate por Luna



El graznido de los polluelos, anidados entre la hierba que empezaba a desentumecerse con la primavera. Un sol retando las corrientes aún frías de los últimos pasos del invierno, fueron, éste sábado el más bello despertar para continuar con la tarea de la semana. Más no, podía faltar a la cita con Benjamín Cooper y Akane. Procedí entonces a cercenar esa mañana mi encuentro con Antón Chéjov. Llevé el pequeño al  bolsillero y me dispuse a caminar, tal vez dos kilómetros hacia la colina. Avancé, en ligero trotecillo, hasta encontrar ese apacible refugio entre todo lo apacible de la mansión. El sitio  que me había señalado Akane, era el predilecto de Benjamín, según ella. Hasta allí rueda a diario, bien con un libro, una libreta en donde escribe su diario y cuenta sus propias historias y las de otros. El saxofón o la trompeta nunca faltan.  —Es el espacio, para encontrarse a sí mismo, contemplando los primeros asomos de patos y de cisnes en una marcha tranquila y perfectamente anular, mientras  recrea sus imágenes, que luego repica sobre las hojas blancas de la libreta—. Asevera ella.

Unos minutos antes estuve allí, previos a la hora diez, aproveché seguramente la silla preferida de Benjamín.  Es una banca de apariencia improvisada, situada en el margen izquierdo sobre la vereda sencilla que surge de las huellas de los caminantes. Por ella solo se conducen los solitarios en busca del imperturbable  lago que exhibe desde lejos la hierba joven y tupida que lo incluye y en su estanque, el asomo  infantil de los primeros nenúfares blancos y violetas. 
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27 de abril de 2012

El alma de la música por Luisa Grajalva




A Rafael Bonaval, que habla y escribe desde el alma de la música.

Benjamín pensaba en el contraste entre la suavidad del azul de las hortensias y el azul acero de los ojos de Louise, pero tuvo que interrumpir sus pensamientos cuando advirtió que estos últimos estaban clavados en los suyos.

-¿Piensas estar mirándome toda la tarde?

-Si te molesta, me voy inmediatamente. Pero me gusta ver la vida que das a esas hortensias. Y preguntarme si ellas son capaces de devolverte algo de esa vida.

-Es todo lo contrario. En el lugar donde nací se decía que quien cuida hortensias muere.

Recién pronunciada la frase, Louise pensó que había hablado de más. Ni siquiera sabía por qué había recordado de pronto esa estúpida superstición. Se apresuró a tratar de quitarle importancia.

-Pero ya imaginarás que es una estupidez en la que no creo.

La siguiente pregunta de Benjamin la tomó por sorpresa.

-¿Quieres morir, Louise?

Podría haber respondido con cajas destempladas, decirle que se metiera en sus asuntos y la dejara en paz, pero parecía que sus pensamientos esa tarde querían tomarse la libertad de expresarse en voz alta, incluso a pesar suyo. 

-No-dijo.   

-Entonces, ¿quieres vivir?

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17 de abril de 2012

Fantasía por Mara Nefill



Mhanseon 30/11 /1880

Hoy recibo a mi primer invitado. Una mujer. Se llama Victoria Robles. Mi padre me puso un cable desde España, a donde había ido a cerrar unos negocios, avisándome de que había encontrado a quien sería mi primera invitada.
“Mi querida reina Morrigan, mi amada hija. Los negocios van bien. Pronto volveré a casa, solo espero resolver unos asuntos con mi agente español para coger el barco y regresar a tu lado. Pero antes que yo llegue tendrás una visita, tu primera invitada va de camino. Te encantará, estoy seguro. La conocí en un hotel aquí, en Sevilla. No te cuento más. ¿Recuerdas nuestro juego? Ella tiene el don. Y el secreto. Tu padre que te adora.”
El segundo nombre
tiene su secreto
se escribe en tinta negra
sobre el blanco tierno.


Mhanseon  30/11/1955

El ruido de la máquina de escribir de Walls se superponía a la trompeta con la que Cooper, en el jardín, atraía a los cuervos y espantaba los gorriones. Hacía cuatro días que la música había vuelto a su vientre, gestando canciones nuevas que le recorrían todo el cuerpo.
Héctor le sorprendió con los ojos cerrados y los dedos veloces sobre los pistones.
—Nunca tocaste esta canción ¿de quién es?—le pregunto. Parecía recién salido de la cama, con el pelo revuelto y aún sin afeitar. Tenía los dedos manchados de tinta negra.
A Cooper le sorprendió verlo así a las doce de la mañana. Otro día ya habría preparado algo para almorzar. —¡Vaya! —le dijo—y tú ¿de dónde sales? Parece que te hayas acostado vestido.
—¿Acostado? Oh, no. He tenido una noche llena de sueños… inspiradores, creo. Tuve que levantarme y ponerme a escribir. Pero tú… ¿esa melodía? Me encanta, es…  tristemente… ¿sensual?
—Sí —le contesto sonriendo. Su rostro se iluminaba cuando reía—. Hace tiempo que no componía. Aún no la terminé, claro. Tengo la melodía pero sólo los primeros versos: Mujer de rostro vacío/ impenetrable muro de hierro/ forjado de engaño y ginebra — recitó con una voz grave.
—Vaya, Benjamin, es buena, muy buena diría yo. No me habías dicho que eras tan buen compositor.
—Bueno, es una triste historia, amigo. Ya le cantaré a usted cuando termine—le contestó en castellano. Cooper aprendía rápido los idiomas y a Héctor le encantaba enseñarle.
—Muy bien. Aprendes rápido amigo—Héctor le palmeó la espalda—. Voy a asearme antes del almuerzo. Por cierto, que hoy dejé a la pobre señora Albrich sola con toda la cocina.

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16 de abril de 2012

El comedor por Mara Nefill


Mhanseon- 25/07/1878

Para celebrar el verano mi padre organizó una fiesta. Invitó a todos sus amigos a un gran baile. Adorné la casa con guirnaldas de flores y puse alfombras verdes sobre el suelo de cerezo, parecía que el jardín había entrado en la casa a resguardarse de la lluvia de verano.
Yo esperaba a los invitados en la puerta, del brazo de mi padre, procurando que no se manchara el vestido blanco que me había regalado –nunca había tenido uno igual-, parecía la nieve misma hecha seda. El vestido fue lo primero que vio cuando llegó; su padre nos presento.
—Henry Walls, encantado—me dijo antes de besarme la mano—.Permítame, señorita Morrigan, presentarle a mi hijo Henry Liam III.
Mi padre me contó su amistad de años, inquebrantable. Esperaban que esa unión continuara en sus hijos.
Liam me miró fijamente  y dijo: —Esa libreta roja, la de baile, supongo, parece sangre sobre su vestido. ¿Puedo anotar mi nombre?
  Bailé con él una pieza que un viejo conocido de mi padre, Antonin Dvorak, había compuesto para mí: romance para piano y violín. Aunque esa pieza jamás fue compuesta para ser bailada.
El suyo fue el primer nombre escrito en mi libreta roja. Él se llevó el mío escondido en las rayas de su mano.

Mhanseon 25/11/1955

Me gusta verlos llegar. Se aproximan con cautela a la puerta, pensando si llamar o darse la vuelta. Todos arrugan en su mano la carta que los invita. Todos han aceptado, su esperanza los trae a mí.
Liam Walls VI  llegó con su Ferrari berlinetta plata —a juego con el día—, levantando huracanes. Casi se lleva por delante el magnolio mimado de Louise. 
Tuve que esperar a que su nombre volviera a casa, pero esperar es parte del juego, del plan.
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14 de abril de 2012

La génesis de Aysel Daima por Aspid


Yo, Jean-Louis de Champlain et Lapointe, custodio de la abadía de Sant François Pénitent, en la Bienaventurada Ciudad de Toulouse.  Consultor del sagrado Oficio, vi, examiné y dictaminé sentencia en el Auto celebrado por los señores inquisidores en dicha ciudad en el día 9 del mes de noviembre del Año santo de 1651. 
Cualquier bruja que voluntariamente confiese y muestre señales de arrepentimiento será reconciliada sin tormento,  evitando así la muerte en la hoguera, o la prisión perpetúa, no se confiscarán sus bienes, recibiendo entonces penas salutarias para su alma. Es necesario que venga a noticia de todos los fieles para desengaño de los engaños de Satanás.
Dadle muerte a la hechicera que no redime en palabra de arrepentimiento todas aquellas acusaciones por las cuales se la juzga.

Maiia Varsken, venida hasta Francia desde las altas tierras del este de Sakartvel:

Se la acusa de provocar tormentas, destruir cosechas y arrasar los campos,  de heladas e intemperies. 
De ser causante de muertes mágicas. 
De herejía y maleficio.
De practicar vuelos nocturnos y aquelarres. 
De mantener relaciones carnales con el diablo.
De tener en su poder ungüentos, amuletos, libros de conjuros. 
De practicar hechizos.

Por todos estos motivos y probados los hechos por fehacientes testigos que juran ante Dios, se la condena en el día de hoy sin derecho a acogerse al decreto de gracia.

Dadle muerte a la hechicera.
Que las llamas de la hoguera sanen su alma.
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8 de abril de 2012

Recuerdos y futuro por Laura Frost


Le vi nada más atravesar las puertas de la librería. Estaba al fondo, de espaldas y parecía entretenerse con la lectura de la contraportada de un vinilo. Soy incapaz de descifrar como fue posible que, entre todas las personas y niños que aquella tarde se encontraban en Mushroom Pillow, mi foco de atención se dirigiera hacia él de un modo tan instintivo. Quizá fuera por el elegante abrigo negro de solapas anchas que portaba, tan parecido al que le acompañaba en aquellos años de instituto, o por el dorado de los mechones de pelo, pero lo cierto es que comprendí que la brújula averiada en la que se había convertido mi corazón había descifrado un norte magnético, poderoso y primario, en cuanto detectó la atracción de Rodrigo de la Vega Raatgerink. No le había vuelto a ver desde entonces, cuando su universo perfecto de niño mimado y rico se desvaneció como un hechizo barato al descubrirse la trama de corrupción en la que estaba envuelta su familia. Lo único que supe con los años es que su madre —una holandesa que dejó su trabajo como interprete en la ONU para casarse con un diplomático español—, había fallecido de un cáncer. Rodrigo desapareció de la faz de la tierra y pasados los meses, que parecen años cuando sólo tienes dieciocho años, todos parecieron olvidarse de él. A mi me costó un poco más, y siempre tuve la sensación que nunca me abandonó por completo. Los años de insultos y vejaciones a las que me sometió habían dejado sobre mi piel una marca de agua fangosa que, de vez en cuando, rezumaba un hedor insoportable.

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7 de abril de 2012

Hilos en la niebla III por Carmen Fabre



-¡¡Será si yo lo permito!!

Después de decir esas palabras Louise se marchó del salón sin  permitir, si quiera, una contestación por parte de Benjamin o mía. Su modo de actuar se iba convirtiendo en  una costumbre que no lograba asimilar ni entender.

-Ya hablaré yo con ella-dijo Benjamin-  déjelo de mi cuenta, Carmen.

-¿Pero qué le he hecho yo ¿ ¿Por qué me odia de esa manera? A otros de mis compañeros, sé que les trata de modo diferente, les he oído contar sus encuentros con ella… no lo acabo de comprender. Más que preguntas a Benjamin eran reflexiones que yo me hacía, sin esperar contestación.

-Ya le he dicho que no se preocupe, es todo más complejo de lo que parece, Carmen.

Benjamin, movió su silla de ruedas hacia una escribanía que había al fondo del salón. Tenía en su mano una llave  dorada, pequeña y con unas filigranas extrañas, diferentes y muy peculiares. Abrió uno de los cajoncitos y extrajo un sobre amarillento, pero no viejo. Si los objetos inanimados pudiera tener edad vital, yo diría que era joven a pesar de no  parecerlo .En la solapa tenía un sello de lacre rojo, era un círculo con una M en el centro.
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5 de abril de 2012

La Carta por Rafael Bonaval



“Querido amigo:
Nucky ha regresado contando maravillas de aquel sitio en el que has escapado de nosotros. Y mira que no le gusta nada tocar los valses de Brahms, pero se apresuró a explicarnos que allí fue todo distinto ¡hasta Brahms suena bien en tu librería! Tenías que haber visto sus ojos cuando trataba de atinar con las palabras justas para que no perdiéramos detalle. Brillaban de puro contento.  
Y Rosa, ¡ay Rosa! Nos tronchábamos cuando contó cómo se puso de rodillas delante tuyo pidiendo por piedad que la dejases trabajar allí o te atendrías a las consecuencias, y viendo que seguías diciendo que no, hizo un pino puente correctísimo que casi le parte el espinazo, y sirvió para que acabara en el hospital. Menos mal que todo fue una fuerte contractura. 
Sí, llegan noticias tuyas muy divertidas aunque traigan lisiados en el camino. También hemos seguido las revistas literarias ¿Cómo te dio por poner ese nombre? ¿Cómo es? ¿Mushroom pillow? 
Algún día tendrás que decirme por qué se te ocurrió.
Es divertido, sí, agradable, pero estás tan lejos. 
Sabes que ninguno de tus amigos trató de convencerte para que te quedases después de todo lo que ocurrió. Comprendimos que era necesario un cambio de aires. Y tratamos de cuidarte desde lejos, como hiciste tú con todos nosotros alguna vez. Ahora, después de casi un año, te llamamos lo justo, tratamos de ser poco impertinentes, y nos preocupa sobre todo que jamás pierdas de vista nuestra confianza en ti. Cada vez que te pones en contacto con alguno de nosotros hay charla a la hora de las cañas (no hemos perdido esa sana costumbre), fantaseamos con que organizamos una salida hasta allí y nos presentamos por sorpresa pidiendo a voces las obras completas de Marcial Lafuente Estefanía, o en su defecto, todos los tomos disponibles de Mortadelo y Filemón. Nos reímos imaginando tu cara. Pero tranquilo no lo haremos. Fantasear es un refugio saludable, sólo eso. ¿Te das cuenta que todo lo ficticio es saludable?
Llevo hablando en plural toda la carta. Supongo que lo hago para ocultarme entre quienes te quieren tanto como yo. Pero es hora de que salga sola a escena.
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4 de abril de 2012

El cuaderno de Victoria por Nucky



Desde la noche del 13 de febrero nada había sido como antes. El comportamiento de Vichoff se había alterado, en ocasiones parecía esforzarse para aparentar esa normalidad a la que me tenía acostumbrada. Le pregunté algunas veces por aquella noche y siempre repetía lo mismo “No hay nada más, niña, te lo he contado todo” y buscaba enseguida otro tema sobre el cual dialogar. Pero no podía engañarme, habíamos pasado el suficiente tiempo juntas para saber que algo me ocultaba. “Qué es lo que viste, Vi”, ¿por qué no me lo cuentas?”. “¿De qué tienes miedo?”. Todos esos pensamientos me rondaban por la cabeza.

Lejos de seguir presionándola, decidí investigar por mi cuenta sabiendo que aquello me costaría unas cuantas explicaciones y yo no era demasiado buena dándolas.

- Niña, ¿quedamos luego para dar un paseo?
- No voy a poder, quiero terminar un relato que tengo empezado.

Creo que ella se daba cuenta de mis mentiras porque no es algo que se me de bien y  mis respuestas podían llegar a rozar el absurdo.

-  Entonces te veo luego, ¿no?
-  Ummm, bueno, no sé, no me encuentro bien.
- ¡Pero si esta mañana te he visto corriendo por el jardín!  En fin, estaré en mi cuarto, si te apetece pasa a buscarme.

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3 de abril de 2012

Una habitación en el Aleph por Atxia



Siempre he pensado que los roces del cariño son tan fuertes como los impuestos por la sangre, y que se puede encontrar un vinculo similar al que se produce en una familia junto a unos desconocidos. 
A pesar del poco tempo que llevo en Mhanseon, no hace ni tres meses de mi llegada, siento que la incipiente amistad que está surgiendo entre los residentes de la casa tiene visos de convertirse en un sentimiento largo y duradero. Son tantos los puntos en común, es tanta la empatía y la confluencia de pensamiento... Incluso he comenzado a pensar que el destino, con sus aparentes casualidades,  se ha aliado para conseguirlo. Sirva como ejemplo lo ocurrido hoy tras la cena. 

Nos habíamos reunido en la sala de música para escuchar las piezas con las que Nucky acostumbra a deleitarnos. Carmen y yo, en un extremo de la sala,  comenzamos a hablar sobre Literatura. Ella, culta y gran conversadora, me habló de  sus libros favoritos y destacó  “El Aleph y otros cuentos” de Borges. 
“Se repiten continuamente elementos: laberintos, fantasmas, inmortalidad, muerte, miedo a la muerte, vidas circulares, Dios, dioses, magia, venganza, matemáticas, razas, monedas, religiones, el amor, la cosificación de las personas. Es una vorágine de estructuras gramaticales que inquieta y descoloca constantemente, que te hace volver a lo leído y reestructurarlo en tu cerebro”, comentó Carmen. Curiosamente, todos esos elementos que ella había enumerado fueron los que, influida, además, por el misterio que se respira en la casa,  me impulsaron a comprar ese libro, en Mushroom Pillow, la asombrosa librería regentada por  Rafael.
Puede que esté atribuyendo al destino un protagonismo excesivo y que, quizás, todo sea solo sea un juego de mi subconsciente que busca señales para no perder la capacidad de sorpresa ante la vida. No lo sé. Lo que tengo claro es que parafraseando a Port, he estado tan lejos de mis pasos que no he podido acercarme a ningún sitio. Ahora siento, sin embargo, que he encontrado un lugar al que pertenezco. Lo que el destino ha unido, que no lo separe el hombre.
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2 de abril de 2012

Amigos por Ritman



-¿Puede una personar hace su vida normal y, sin embargo, seguir  de algún modo hipnotizada?-pregunto así, de primeras, a Benjamin Cooper, que interrumpe su toque de trompeta.
-perdona…estaba con Gillespie.
-un honor que dejes a Guillespie por mí
-no te emociones, Liam. Cuando uno lleva a alguien tan dentro como yo a Dizzy nunca lo deja…simplemente suspende el contacto. Pero ten por fijo que se lo llevará con él hasta la eternidad. Lo que no ocurrirá contigo…¿decías?
Me mira con una arrogancia impropia de su silla de ruedas. Entendedme, mansheónicos todos, la mirada de un inválido en silla de ruedas viene desde abajo, como las cosas humildes. Pero Benjamin Cooper es mucho Cooper y mucho Benjamín. Tiene genes de príncipe africano.
Reculo un poco y me hago yo el humilde.
-Pues te decía, mi amigo…
-¿Amigo dices?
-Así te creo. ¿no somos amigos?
-Mmm… digamos que estoy en ello. Tendrás que esperar a que te elija. Porque , evidentemente, tú ya me has elegido. ¿Sabes? La amistad es la única relación en donde se elige. La familia es otra cosa…
-por supuesto. La familia se te da. Pero…¿y el amor?
-llevo algunos días sin verlo---se ríe y se encorva aun más, como un escarabajo negro, al que , por cierto tengo mucho cariño. Pero estamos discutiendo y eso es lo primero.
-No te hagas el gracioso.
-¡Soy gracioso, no me lo hago!
-Anda ya…Contesta. ¿El Amor no se elige?
-Nunca. Es el Amor quien te elige. Nunca es premeditado, y lo sabes…¿A quien amas tú, por ejemplo?
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