Atrapada en un lugar del espacio-tiempo indeterminado, la mansión —cuyos habitantes no pueden abandonarla pues han sido seducidos por ella —, puede despertar en cualquier lugar o época de un modo imprecedible. Eso lo decide la pluma del escritor o escritora que se aloje en Mhanseon. Pero… ¿quién vive en la mansión? Pasa y lo comprobarás.

5 de marzo de 2012

El plan por Ritman



No me acaban de gustar del todo las mujeres que fuman. Si he de beber su aliento, prefiero que, como máximo, me traiga recuerdos de gin tonic o brandy. Sin embargo, y aunque Akane no es ya que fume, sino que fuma en pipa, sí que tiene para mí un cierto atractivo, ese que proviene del misterio. Nunca entraré en el jueguecillo  de los cuentos que contienen claves leidos ante el espejo, porque los juegos para los niños, la vida es demasiado corta para devanarse las meninges en elucubraciones sin más premio que el intelectual. Me interesan los misterios verdaderos, los secretos apremiantes, como el que contiene Mansheon, por ejemplo y para el cual intento elaborar un plan con el fin de descubrirlo.

Se acaba de ir Victoria. Vino por su gato. No se puede negar que es una mujer atractiva. Y lluviosa. Adoro a las mujeres de días lluviosos. Y ella adora a los gatos bastante más que a los hombres. Tiene tres o cuatro. Gatos. Y hombres también tuvo algunos, se dice que a cuatro ha dejado plantados ante el altar y que, con su facilidad para olvidar, solamente los recuerda levemente cuando contempla cada uno de los cuatro trajes  de novia que conserva, como, diría yo, las muescas en el revólver de un pistolero.

-Déjame un día más a Blacky- le pido- Tu tienes algunos gatos más y este, que es negro, da mala suerte.
-¿Mala suerte? ¡Mala suerte vosotros!- responde, aludiendo a los hombres en general y, por ende, incluyéndome en ese nefasto colectivo del que, aunque lo intente, me es tan difícil salir.

La veo marcharse, sonriente y abierta, como los presumibles finales de sus cuentos sin fin. Corre al encuentro de Louise, esa agria, no diría yo que rancia, mujer, que anda cuidando las flores del jardín. Entiendo que, por lo que se dice de su vida difícil y las pérdidas que ha tenido, acumule bastantes razones para esa rugosidad de carácter, que tan fluidamente plasma en sus poemas, de una crueldad y un desprecio exquisitos. Veo besarse a las dos mujeres, sin embargo, y pienso que quien es capaz de besar todavía no está perdido para la vida social.


Cada mujer es un mundo y todos están en este. Así que me olvido de las tres mujeres que acabo de retratar en leves trazos y me dedico a pensar en la que me interesa. Dicen que soy un hombre al que le gustan las mujeres y no lo voy a negar, nunca me pesó que me acusasen de tener buen gusto, aunque, eso sí, debo al respecto hacer una acotación, porque la frase no es exacta en su totalidad. Me gustan “las mejores”. Por eso pienso ( vuelvo a pensar) ahora en Marion Albritch , la mejor mujer que tengo a mano. Siendo lo de “ a mano” un optimista eufemismo. Ya me gustaría.


Mi plan tiene que ver con Marion y su compañero Arthur. El mayordomo y el ama de llaves son pareja, como todo el mundo sabe, pero yo , aunque no pueda decir que sé, intuyo que son mucho más. Los dos conocen las claves, el secreto de Mansheon está oculto detrás de sus finos y exquisitos modales y de su británica y elegante servidumbre. Basta con mirarles cuando creen que nadie les mira para descubrir que sus ojos son pozos insondables, que aquí, servidor de ustedes, Liam Walls se dispone a sondear,. Comenzando por los de Marion. Peligroso trabajo, pues cada vez que el ama de llaves me mira fijamente, como que empiezo a no hacer pie, así que ni siquiera quiero pensar en que será adentrarme en sus dos hermosas profundidades sin equipo de buceo.

Pero aprendí en el Afrioca profunda los secretos de la magia. Negra, por supuesto. Y sé que como extraer el alma de cualquier persona de su cuerpo mortal a través del espiritismo y ciertas técnicas hipnóticas. ¿Cómo hipnotizar a alguien que cuando te mira que desguaza? “She is a hipnotisc collector” dice el de Minnesota. Pues tendré que hacerlo y hacerlo pronto.

Dejaré para más tarde la reunión conHector Latorre. Me dijo no sé qué sobre un nuevo cuadro aparecido en Londres, la que ya es una tercera versión de la Gioconda . De momento voy a consultar lo que me ocupa hoy con Benjamin, que se acerca con sus illa de ruedas y su saxo. Ël tiene antepasados africanos y, repito, en modo consultivo, me interesaré por las fórmulas mágicas de sus ancestros. Viene tocando algo de Guillespie, me parece. Le alabaré la técnica y le sonsacaré algo para acotar mis dudas. Sobre lo que no tengo ninguna es que hay una especie de de connivencia esotérica entre el conde Thorn ( ese no menos enigmático personaje que apenas se deja ver, el concéntrico excéntrico dueño de esta Mansíon) y sus dos siervos. Es más, aventuraría que se trata de algo familiar. A lo mejor Marion, Arthur y Thorn no son hermanos, puede que hermanastrtos o tal vez parientes. Los ojos de los tres tienen el mismo fondo claroscuro de esos jardines secretos que le piden a uno adentrarse aunque huela el peligro.
¿Y cuando me ha echado a mi atrás el peligro? Siempre, dice mi subconsciente. Pero mi subconsciente es un gato negro al que apenas hago caso y solo lo utilizo para dejarme llevar por sus`primeras impresiones.  Como esta de que entre el conde, el mayordomo y el ama de llaves hay algo relacionado, conexional, profundo y enigmático. Y ya sea parental, hereditario, atávico o sexual, ya compartan trío o cama redonda o lo suyo tenga que ver con el conocimiento angustioso del más horrible secreto escondido en el subsuelo de las mazmorras de Mansheon, este que les habla, como ha visto detalles, pistas y trazas de ello en los tan similares ojos de los únicos tres residentes verdaderamente mansheónicos, este que se llama Liam Walls, com que tal se llama, lo va a investigar y descubrir, aunque le cueste la vida.

Porque tiene un plan. Y aunque no lo tuviera, siempre le han gustado las mejores y, sobre todo, los ojos de las mejores. Y los  de Marion Albricth, misterios aparte,  son en si mismos suficientes para , sin un plan alguno, hacer contra ellos el salto del ángel y olvidarse las alas.

Ritman

2 comentarios:

  1. Ritman, ¿puedo acompañarte en tus pesquisas? Me encanta descubrir misterios. Es el poso que ha dejado en mi tantas tardes de lectura de Los Cinco. Los traumas de la infancia, ya sabes.


    Me ha sorprendido tu elección ¿Marion? Curioso, muy curioso. Nunca dejas de sorprenderme.

    Besos y un fuerte abrazo.

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  2. y tanto que puedes. y no te sorprenda la elección de Marion.Nadie sabe mejor que tú que las grandes mujeres no siempre eligen una imagen espectacular

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